PINTURA ROMANA » Rasgos y estilos de una colorida expresión artística

Siguiendo las tradiciones griegas, la pintura romana mostró un gran colorido en las diferentes representaciones que exaltaron el talento de los grandes maestros helenos como Zeuxis, Apeles, Parrasio, o Polignotos, los cuales adaptándose a las exigencias de los clientes, pintaban generalmente decorando paredes.

Particularidades de la pintura romana.

Mural con pinturas romanas
Mural con pinturas romanas. Foto por Vicenç Valcárcel Pérez. Wikimedia Commons.

Tal cual como pasó con otras actividades artísticas, la pintura romana no escapó de tener una finalidad práctica, en este sentido, era usada para ornamentar y embellecer las paredes de las viviendas y palacios, empleando técnicas como el encausto, la tempera y el fresco, con una capa de cera, la cual protegía y avivaba los colores.

En este sentido, la tendencia de las composiciones en los murales eran el paisaje, la caricatura, el retrato, y las escenas cotidianas, bélicas o eróticas.

Al respecto, el sentido liberal del romano posibilitó la abundancia del desnudo con escenas de contenido sexual abierto, siendo un ejemplo de ello, los Lupanares de Pompeya, los cuales mostraban un sinfín de posiciones sexuales y escenas de sodomía, felación o masturbación, sin ningún decoro.

Cuáles eran los estilos de la pintura romana.

De acuerdo a los hallazgos de algunas obras en Pompeya, que mostraron un buen estado de conservación, la pintura romana se puede clasificar en los siguientes cuatro estilos:

Fresco y mural romano
Fresco y mural romano. Foto por DEZALB. Pixabay.
  • Incrustación: desarrollado durante la época republicana de la cultura romana, imitó los efectos producidos por los revestimientos reales del mármol, con un estilo muy colorido pero a la vez suntuoso, de esta manera, los ejemplos más sobresalientes de estas pinturas se encuentran en la Casa di Sallustio en Pompeya y el Palacio de Flavio en Roma.
  • Arquitectónico: fue un estilo pictórico que se unió a los elementos estructurales, otorgándole al espacio profundidad y perspectiva, así, se simulaban paisajes campestres o escenas mitológicas a través de unas especies de ventanales, tales como se pueden apreciar en los murales de la Villa de los Misterios de Pompeya.
  • Ornamental: mezclando los dos estilos anteriores, se caracterizó por ser menos real y más fantástico, representando frisos con niños, elementos vegetales, figurillas de animales o de humanos y algunas escenas mitológicas, siendo el fiel ejemplo de ello las pinturas localizadas en las paredes de la Domus Áurea de Nerón.
Pintura Romana de Julio César
Pintura Romana de Julio César. Foto por GDJ. Pixabay.
  • Escenográfico: tomando componentes de los dos estilos anteriores, los frescos se distinguieron por su recarga decorativa en cortinajes o telones pintados como marcos, tales como los de la Casa de los Vetii en Pompeya.

Para concluir, cabe destacar que la pintura romana no solamente se desarrolló en los murales de grandes dimensiones, sino también, en el caballete, siendo muy frecuente entre la aristocracia imperial.


Autor: Redacción

Pinturas romanas


¡Comparte! Compartir en Facebook Compartir en Pinterest Compartir en Twitter Compartir en Whatsapp