Cultura Wari

Una de las civilizaciones del período prehispánico andino que ha resultado históricamente importante es la cultura wariLos wari surgieron de la fusión de sociedades como Tiahuanaco, Nazca y Huarpa, durante el período Horizonte Medio. Se desarrolló en la zona de Huanta, actual departamento peruano de Ayacucho, donde justamente fundaron su capital que llamaron Wari.

En la primera etapa, aproximadamente durante el año 600 D.C., la influencia nazca predominó en esta cultura. Posteriormente con el crecimiento de la capital y el fortalecimiento militar, comenzó la expansión que abarcó una gran franja norte-sur a lo largo del territorio peruano, extendida desde la Cordillera de Los Andes hasta las costas del océano Pacífico.

De esta manera, la cultura wari es la primera en construir caminos que enlazaban los pueblos conquistados con su capital.

Cultura Wari
Cultura Wari. Foto por Openverse

Durante esta época aparecen las ciudades de Piquillacta en Cusco, Huiracochapampa en Huamachuco, y luego Pachacámac en departamento de Lima. Para el año 900 D.C., con una notoria incidencia tiahuanacota, el pueblo wari habían construido el primer gran imperio andino, que inició su decadencia en el 1200 D.C., cuando las tribus que estaban bajo su dominio se independizaron.

Las ciudades de la cultura wari.

Cultura Wari
Cultura Wari. Foto por Openverse

Enclavada en la sierra andina, con un área de 2.000 hectáreas, y revestida mayormente por edificaciones blancas, la ciudad Wari era el núcleo de todo el imperio. La ciudad, que en su área central tenía grandes terrazas y callejones, con templos rodeados de murallas, se dividió en doce sectores, de los cuales destacan:

  • Cheqowasi, con un predominio de construcciones como mausoleos, fosas y tumbas, indican que era usado con fines funerarios para gobernantes.
  • Moradochayoq, se trata de un pequeño templo subterráneo que revela la influencia tiahuanaco.
  • Capillapata, un sector conformado por grandes obras de 400 metros de largo con murallas de 12 metros altura.
  • Ushpa, un área destinada a talleres y almacenes, en donde se encuentran figuras humanas moldeadas.

El resto de las zonas estaban destinadas al trabajo artesanal, fabricación de armamento, canteras, agricultura y ganadería.

Wari constituye un ejemplo de la planificación urbana y la ingeniería prehispánica, llegando a concentrar más de 40.000 habitantes. Incluso su ubicación en la mitad del territorio, obedeció a razones estratégicas como el rápido acceso a la costa, y el control de las regiones administrativas, como Piquillacta en Cusco, Cerro Baúl en Moquegua y Viracochapampa en la sierra norte.

Todos los centros administrativos estaban construidos cerca de los caminos principales, de una extensa red vial que comunicaba el territorio.

Asimismo, la concepción centralista permitió controlar a la población en el cumplimiento de sus actividades.

Adicionalmente a la capital de la cultura wari, existieron poblados como: Huilcahuaín, Huarihuilca, Azángaro, Conchopata y Espíritu Pampa.

Organización de la cultura wari.

Cultura Wari
Cultura Wari. Foto por Openverse

De acuerdo a lo planteado anteriormente, para la organización del imperio wari fue de vital importancia el planeamiento urbano, además de utilizar a las ciudades que encabezaban las regiones para el control político, religioso y económico de todo el territorio.

Conforme a ello, la estructura socio-política de los wari, destacada por ser militarista, estaba jerarquizada de la siguiente manera:

  • Élite gobernante: integrada por el rey y sus familiares.
  • Nobleza guerrera: eran los funcionarios administrativos de las diferentes regiones que conformaban el imperio wari.
  • Sacerdotes: administraban los ritos y ceremonias religiosas.
  • Pueblo: compuestas por los artesanos, agricultores, comerciantes y pescadores.

La sociedad de cultura wari era secular, así como también sincretista, ya que adoraban divinidades que eran semejantes a los de Tiahuanaco.

Sin embargo las creencias religiosas eran impuestas junto con la política y la economía, sin predominar sobre las castas guerreras. En consecuencia, lograron expandir el culto por toda la región del Dios de las Varas o Wiracocha, deidad que representa al creador de la cultura wari, visto como un héroe que intervenía en los tiempos de crisis.

Debido al carácter imperialista de esta cultura, la política económica se basó en explotar a los pueblos colonizados. Así obtenían utilidades de los centros administrativos que funcionaban como factorías de la actividad comercial de cada región, y se distinguían por abastecer recursos como turquesas, textiles, coca, algodón y maíz.

Manifestaciones de la cultura wari.

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Cultura Wari. Foto por Openverse

Las manifestaciones artísticas de la cultura wari se ven reflejadas en sus tejidos, cerámicas, metalurgia y esculturas de piedra.

En cuanto a los tejidos destacan los gorros de cuatro puntas de lana de camélidos, usados por la jerarquía ceremonial.

Aunque en la metalurgia no desarrollaron grandes avances, realizaron trabajos muy finos en hueso, madera y concha.

La alfarería se diferenció por ser policromada y con un acabado muy pulido, que generalmente tenían usos religiosos.

Alcanzaron altos niveles de estética en la talla de piedra, madera y hueso, creando objetos para usos rituales y personales.

Cultura Wari
Cultura Wari. Foto por Openverse

Imitando a los tiahuanacos, realizaron sus esculturas sobre basalto o piedras blanquecinas, representando seres humanos y animales, algunos con una altura media de 1.60 metros.

Para concluir, se puede decir que la cultura wari a través de sus conquistas militares en el territorio de los Andes, enseño el valor de la unificación cultural, siendo los verdaderos precursores del Imperio Inca.


Autor: Redacción

Cultura Wari


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