DOMUS ROMANA » Características de la clásica vivienda de los romanos

Representando el ideal residencial de la nobleza, la domus romana variaba dependiendo del poder económico del propietario, el cual se mostraba en el tamaño de la vivienda y en su decoración, así como también, exponía sus gustos e intereses.

Cómo se caracterizaba la domus romana

Contrariamente a las viviendas particulares o insualae, la domus romana era ocupada por un solo propietario y su familia, constando regularmente de una sola planta que llegaba a medir unos 120 metros de largo por 30 metros de ancho, la cual ofrecía comodidad, amplitud, ventilación e iluminación.

Al respecto, la residencia estaba orientada hacia el interior, es decir, tanto el aire como la luz entraban a las diferentes estancias por medio de una serie de patios, por ello, las ventanas exteriores solían ser pequeñas o simplemente no eran frecuentes, dando un ambiente de intimidad a la misma.

Cabe destacar, que para la construcción de la domus romana se usaron materiales como la madera y el ladrillo, adicionalmente, en su decoración solían estar revestidas por mosaicos y pinturas murales, las cuales se cambiaban dependiendo de la moda del momento.

Cuáles eran las estancias comunes de la domus romana

Domus Romano
Domus Romano. Foto por Fca1970. Wikiemdia Commons.

Normalmente, los principales recintos del típico modelo de la domus romana, eran los siguientes:

FAUCES.

Conocido como el vestíbulo de la residencia, era un corredor de acceso demarcado por unas columnas con capitel, y frecuentemente decorado por un mosaico donde se escribía la palabra have, es decir, bienvenido.

ATRIUM.

El vestíbulo daba acceso a un amplio patio techado, excepto en su parte central, donde se ubicaba una fuente o impluvium, en la cual caía el agua de lluvia, que posteriormente se almacenaba en un pozo.

También, formando el centro de la vivienda, en torno al cual se repartían una serie de dependencias, solía ser el lugar destinado para colocar el altar de los dioses y los espíritus protectores del hogar de la cultura romana, conocidos como penates y lares, respectivamente.

Domus Romana
Domus Romana. Foto por Openverse

CULINA.

La cocina comúnmente se situaba en torno al atrium, justamente al lado de los baños, de este modo, se trataba de un lugar pequeño con fogones hechos en mampostería y mesas para elaborar los alimentos.

CUBILA.

Eran los dormitorios de la domus romana, destinados tanto a los propietarios como a los esclavos, los cuales no poseían ventanas y estaban dispuestos alrededor del atrium.

TRICLINIUM.

Siendo el comedor, era uno de los espacios más elaborados y mejor decorados de la casa, con el fin de impactar a los comensales invitados.

TABLINUM.

Conformando la sala principal de la domus romana, se localizaba frente a la puerta de acceso de la vivienda, entre el atrium y el jardín porticado.

PERISTYLUM.

Se trataba de un jardín porticado, el cual tenía a su alrededor otros recintos privados de la domus romana, de la misma forma, disponían de pintura murales, fuentes, plantas y algunas esculturas.  

Otros recintos de la domus romana

Asimismo, en la aristocracia existía la tendencia de ampliar la domus romana usando el estilo heleno.

De esta manera, incorporaban a los espacios comunes, otras partes que eran de procedencia griega, tales como, la exedra o terraza de reunión, la bibliotheca, la cubicula aut conclavia o habitación de descanso, los horti o jardincillos detrás del peristylum, así como el oecus, que era un comedor más suntuoso que el triclinium.

Igualmente, en algunas viviendas habían espacios subterráneos con salas de estar, despensas o bodegas, de la misma manera que otras poseían en su frente, locales destinados al comercio, llamadas tabernae.

De esta manera, la élite del Imperio, tenía por costumbre esmerarse en la construcción de la domus romana, para reflejar su posición económica, ante el resto de la sociedad.


Autor: Redacción

Domus Romana


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