Conformando la religión un aspecto muy importante en la vida de esta cultura, los templos aztecas sirvieron para adorar a diversas deidades que gobernaban las actividades humanas y los fenómenos naturales.
Cómo eran los templos aztecas.
Básicamente los templos aztecas se encontraban sobre sólidas estructuras piramidales, aunque algunas veces se localizaban alrededor de la pirámide o en una pequeña cámara debajo de ésta. Ciertamente, las pirámides aztecas eran enterradas bajo la construcción de unas nuevas estructuras, cada cierto tiempo. Así, la reconstrucción permitía que los gobernantes o tlatoanis, celebraran sus logros y colocaran nuevas esculturas en los santuarios.
En su interior, como una manera de mantener la santidad de los dioses, los santuarios se mantenían a oscuras con humo de incienso o quema de ofrendas, y aunque eran lugares pequeños sus techos eran altos pero tallados. A la vez, escondidas detrás de cortinas de plumas y campanas, contenían imágenes sagradas sobre un pedestal con reliquias y joyas, también el piso era cubierto con flores. Por otra parte, a su alrededor se extendía una gran plaza y una plataforma usada para los rituales de sacrificios.
Cuáles fueron los principales templos aztecas.
De acuerdo a la leyenda de la cultura azteca, el Templo Mayor ubicado en la ciudad de Tenochtitlán, se encontraba exactamente emplazado en el lugar donde el dios Huitzilopochtli envió a los mexicas la señal de que habían encontrado la tierra prometida, es decir, el águila sobre un cactus de nopal devorando a una serpiente.
Conforme a ello, el Templo Mayor fue uno de los principales templos aztecas, dedicados a los dioses Huitzilopochtli y Tláloc, cada uno de los cuales poseía un santuario en la cima de la pirámide con escaleras empinadas separadas.
Midiendo unos cien metros en su base, fue reconstruido siete veces, algo que fue confirmado durante las excavaciones arqueológicas. Encontrándose la primera etapa casi intacta, se develaron muchas de las características de estos templos, tales como ornamentos de ranas y serpientes emplumadas, el uso de vigas de madera en la entrada y el tallado de las paredes con imágenes de las deidades adoradas.
Unos de los templos que sirvieron de inspiración a los aztecas para sus posteriores construcciones, fueron los encontrados en la abandonada ciudad de Teotihuacán, que bautizaron como el lugar de donde vienen los Dioses. Así, este sitio se convirtió en un centro ceremonial de peregrinación importante para los aztecas, el cual fue construido por los teotihuacanos.
Para concluir, los templos aztecas formando parte central de la vida religiosa de esta cultura, actualmente constituyen monumentos históricos reconocidos por la humanidad.
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