PINTURA TEOTIHUACANA » Atributos y simbología de sus ilustraciones

Manifestando con extremada riqueza una profunda espiritualidad que honraba a las deidades, la pintura teotihuacana, fue el ornamento por excelencia aplicado a la arquitectura en la Ciudad de los Dioses.

Particularidades de la pintura teotihuacana.

Como un antecedente a la escritura, desde sus comienzos, la pintura teotihuacana fue un lenguaje artístico, cuyo contenido generaba múltiples interpretaciones. No obstante, con el desarrollo de Teotihuacán, comenzó a ser plasmada en las diferentes edificaciones de la ciudad, ya fuesen de tipo religioso, ceremonial administrativo o residencial.

Con ello, la pintura mural se convirtió en la manifestación emblemática que usaron los teotihuacanos para representar principalmente su filosofía religiosa, aunque también, pintarrajeaban figuras animales, vegetales y seres humanos o amorfos.

De esta forma, para lograr los hermosos colores de los frescos, usaron derivados de minerales como la hematita, limonita, goetita, y la malaquita, mezclados sobre una base de cal y arena de cuarzo, además, antes de aplicar la pintura, la pared era revestida con savia de maguey, una sustancia con propiedades adherentes. Si bien, alcanzaron una diversidad de tonos, sobre todo brillantes, el color rojo fue el más usado.

Otra característica de este arte pictórico de la cultura teotihuacana, fue la ausencia de sombras y perspectivas, así, los objetos más lejanos se ubicaban en la parte superior o el tamaño de los personajes indicaba su importancia.

Al mismo tiempo, su forma abstracta y descriptiva, encerraba un alto contenido mitológico y poético, como por ejemplo, un camino se señalaba con una sucesión de huellas de pies; separadamente, servía para dar colorido a las figuras ornamentales de las edificaciones o realizar simples marcos de guirnaldas, frutas y flores, que decoraban los bordes de los murales.

pintura teotihuacana
pintura teotihuacana. Foto por Openverse

Cuáles fueron las pinturas más importantes de teotihuacán.

Realmente, la pintura teotihuacana fue como la piel de la Cuidad de los Dioses, en este sentido, entre las más destacadas está el Mural del Puma, localizada en la Calzada de los Muertos, asimismo, los murales del Palacio de Quetzalpapálotl, los del Palacio de los Jaguares y los del complejo residencial de Tetitla.

Por otro lado, en el Palacio de Tepantitla, aparte del famoso mural de Tlalocan, se encuentra el del El paraíso de Tláloc, el cual muestra a unos plebeyos nadando junto a parcelas cultivadas y una montaña donde brota agua. También, en el Templo de la Agricultura, se localiza una superposición de cuatro estructuras algo deterioradas, que llevan el nombre del Mural de las Ofrendas.

Finalmente, la pintura teotihuacana como un testimonio que refleja los aspectos de la vida y la concepción cosmogónica de esta cultura precolombina, es una de sus manifestaciones más admiradas.


Autor: Redacción

pintura teotihuacana. Foto por Openverse


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