Cultura Totonaca

Entre las planicies costeras y las sierras orientales de México, con tradiciones adquiridas de otros pueblos evolucionó la cultura Totonaca.

Las tribus totonacas habitaron las tierras del actual estado de Veracruz y parte de Puebla, conformando la región de Totonacapan.

Aunque adoptaron muchos elementos de los olmecas, mayas, teotihuacanos y un parecido con los huastecos, desarrollaron su propia cultura.

La influencia de la cultura Totonaca se extendió hasta el oeste, abarcando el ámbito territorial del vigente estado de Oaxaca.

Sobresalientes por sus expresiones artísticas, resaltaron en construcciones como las ciudades precolombinas El Tajín, Papantla y Cempoala.

Historia de la cultura Totonaca.

Cultura Totonaca
Cultura Totonaca. Foto por Openverse

Procedentes de Chicomoztoc, un lugar al del norte de México donde se originaron algunas civilizaciones como los aztecas.

Partieron para buscar nuevas tierras donde establecerse, primero llegaron a la laguna de Tamiahua y luego a Misantla.

La travesía continúo por varios pueblos entre ellos Tula, Teotihuacán y Ecatlán, hasta llegar a Mixquihuacan, donde fundaron su capital.

Ya establecidos, conquistaron algunas tierras, hasta la llegada de los chichimecas que los obligó a abandonar la región.

De esta manera, atravesaron Tuzamapa, Teayo, Yohualichan, y finalmente El Tajín y Cempoala, lugares donde asentaron Totonacapan.

La cultura Totonaca obtuvo un gran esplendor en el período clásico tardío, sobre todo con la construcción del centro urbano El Tajín.

Más adelante, las ciudades totonacas cayeron bajo el dominio de los aztecas hasta la llegada de los españoles, en el siglo XVI.

En 1519, alrededor de 30 tribus totonacas se reunieron en la ciudad de Cempoala con Hernán Cortés, donde sellaron una alianza para librarse del yugo azteca.

De este modo, con una tropa guerrera de 13.000 totonacas y 500 españoles, fue conquistado el principal centro azteca: Tenochtitlan.

Los totonacas pensaban que con la ayuda de los europeos se librarían del sometimiento azteca, pero la realidad fue otra.

Una vez lograda la derrota del Imperio azteca, se les despojo de su cultura siendo obligados a convertirse en cristianos, muchos terminaron esclavizados en los campos de cultivo de caña de azúcar.

Poco tiempo después, Cempoala fue deshabitada y su cultura extinguida y olvidada.

Los Tres Corazones de la cultura Totonaca.

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Cultura Totonaca. Foto por Openverse

Totonacapan estaba integrada por una confederación de metrópolis conocida como los Tres Corazones:

  • El Tajín (300 – 1200), fue la capital de la cultura Totonaca, situada entre los ríos Cazones y Tecolutla.

Construida y orientada en función astronómica, resaltaba el uso de las grecas en la decoración de sus edificaciones.

Las principales obras de esta ciudad fueron Grupo del Arroyo, Pirámide de los Nichos, Templo Azul, canchas Norte y Sur.

  • Papantla (900 – 1519), ubicada en la Sierra Papanteca, se desarrolló como una urbe alrededor de la ciudad de El Tajín.

Desde la época colonial hasta la actualidad desplazo a El Tajín.

  • Cempoala (900 – 1519), situada en una llanura costera cerca del Golfo de México a pocos kilómetros del río Actopan.

La ciudad contaba con una gran cantidad de canales de riego que proporcionaban agua a los jardines y campos de agricultura.

Sus estructuras más relevantes eran el Templo del Sol, Templo Mayor, Templo de las Chimeneas, Palacio de Moctezuma y Templo de la Cruz.

Organización sociopolítica de la cultura Totonaca.

Cultura Totonaca
Cultura Totonaca. Foto por Openverse

La conformación sociopolítica de la cultura Totonaca se dividía en dos clases:

  • Nobles, se encargaban de controlar el poder, la economía, la religión, y estaba integrada por el Cacique, gobernantes y sacerdotes.

El gobierno estaba encabezado por el Cacique asistido por un consejo de ancianos, de él dependían los tres gobernantes de cada ciudad de Totonacapan.

Los sacerdotes tenían un papel importante dentro de la cultura Totonaca, ya que se encargaban de dirigir el culto ceremonial a los dioses, además de llevar

el registro de las observaciones astronómicas y presidir los sacrificios humanos.

La nobleza se distinguía por el uso de indumentarias como joyas, vestimenta, pintura corporal e incrustaciones dentales.

  • Plebeyos, conformaban la mayor parte de la población, que se dedicaban a la producción agrícola, artesanal, pesquera y albañilería.

También debían de prestar sus servicios en las tierras de los nobles y en los templos como cargadores o sirvientes.

Economía de la cultura Totonaca.

Cultura Totonaca
Cultura Totonaca. Foto por Openverse

Fundamentalmente la economía de la cultura Totonaca se basó en la agricultura y el comercio.

En un comienzo en la siembra usaban un sistema de selección de la tierra y la cosecha llamado milpa, que después reemplazaron por los regadíos artificiales, así cultivaron chiles, tomates, maíz y algodón.

Aunque sembraron grandes extensiones de maíz, la dieta de los totonacas incluía mayormente frutas como guayabas, plátanos y aguacate.

Igualmente la actividad económica de la cultura Totonaca comprendía la explotación de manglares, pesca, recolección de moluscos, caza de tortugas, venados, armadillos y aves.

Para la comercialización de sus productos usaron como vías de comunicación los ríos, lagos, mares, y caminos hacia otros poblados.

Religión de la cultura Totonaca.

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Cultura Totonaca. Foto por Openverse

El aspecto religioso de la cultura Totonaca comparado con otras civilizaciones mesoamericanas ofrece perspectivas contrapuestas.

Siendo la característica principal su sentido matriarcal, en base a la convicción que eran las diosas las que creaban el alma de las personas.

Para la cultura Totonaca, Centéotl representaba la diosa del maíz, mientras que para otras manifestaba el dios del maíz.

Centéotl, a quien consideraban su principal protectora y era venerada tres veces al año en cinco templos, básicamente porque no pedía sacrificios humanos como otras deidades.

Por otra parte, la cultural Totonaca asumía el origen del mundo en el mito del Quinto Sol.

En este contexto mítico, se juntaron 400 dioses y encendieron una hoguera, uno de ellos se lanzó al fuego y nació el sol, otro dudo en hacerlo, pero cuando se arrojó, solo quedaban cenizas y se convirtió en la luna.

De esta manera, los totonacas creían que cuando había un eclipse, el sol y la luna tenían una disputa.

Relacionado a los ritos funerarios aplicaron el concepto del cementerio, es decir, los muertos tenían sus tumbas individuales o colectivas.

Otros rituales de la cultura Totonaca eran prender fuego, realizar un sembradío, practicar sacrificios humanos y animales o el auto-sacrificio.

Una de las ceremonias religiosas que aún se mantiene vigente es el de Los Voladores, que se realizaba para pedir a las deidades el fin de la sequía.

Este ritual consiste en una danza, donde se escala un poste de 30 metros, posteriormente los bailarines se lanzan amarrados con cuerdas hasta llegar al suelo, mientras en la parte superior se mantiene un bailarín tocando flauta y tambor.

Adicionalmente la cultura Totonaca adoraba dioses comunes con otras civilizaciones mesoamericanas como Tláloc, Quetzalcóatl, Xipetotec, Xochipilli.

Manifestaciones de la cultura Totonaca.

Cultura Totonaca
Cultura Totonaca. Foto por Openverse

Los elementos que realzan las manifestaciones artísticas de la cultura Totonaca son la cerámica, la escultura y una arquitectura colosal.

Un vestigio importante de esta cultura es El Tajín, considerado el eje mesoamericano después de la caída del Imperio azteca.

Su arquitectura se caracterizaba por los relieves tallados en columnas y frisos, además del significado astronómico de algunas edificaciones.

Como es el caso de la Pirámide de los Nichos, que presenta un modelo más equilibrado que otras pirámides precolombinas.

Dentro de la artesanía de los totonacas destaca la producción de esculturas y fabricación de cerámicas como las Caritas Sonrientes.

Este género alfarero representaba rostros humanos sonriendo en piezas de barro cocido que median unos 20 centímetros de alto.

En la escultura usaron principalmente el barro y la piedra para la realización de ornamentos decorativos, distinguiéndose la Jícara Humeante.

De igual manera elaboraron esculturas con gran destreza técnica de yugos, hachas, palmas, candados y personificaciones de jugadores de pelota.

Fue la única civilización prehispánica en usar la rueda como instrumento de medida en juegos e incluso en algunos juguetes.

También elaboraban atuendos de vestir, manteles bordados, cestos, máscaras de madera, ornamentos de palma y juguetes.

Rasgos de la cultura Totonaca.

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Cultura Totonaca. Foto por Openverse

Esta cultura que se forjó a sí misma como un crisol de otras civilizaciones, logró peculiaridades propias dignas de resaltar.

Tanto el idioma totonaco como el tepehua forman parte de una familia lingüística aislada, ya que no están relacionadas con otras lenguas precolombinas.

En cuanto al modelo de organización familiar, consistían en núcleos consanguíneos extensos que vivían cerca de la figura paterna.

Utilizaban la dote matrimonial en la petición de mano, entregándoles a los padres de la novia bienes, dinero o trabajo.

Los hombres tenían la obligación de realizar un día de trabajo comunitario, los nobles quedaban exentos si realizaban un pago.

Cada comunidad de la cultura Totonaca poseía sus médicos tradicionales, que se dividían en brujos, parteras y curanderos.

Hoy en día, aproximadamente unos 220.000 descendientes de esta cultura habitan los estados mexicanos de Veracruz, Puebla e Hidalgo.

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Cultura Totonaca. Foto por Openverse

Aunque la mayoría profesan la religión católica, sus prácticas se mezclan con los ritos ancestrales, un ejemplo de ello es el ritual donde se esparcen en las tierras de siembra semillas mezcladas con sangre de aves.

Últimamente se ha incrementado la migración de esta población hacia los Estados Unidos, específicamente a California, Texas y Nueva York.

Esto ha traído un cambio cultural, en cuanto a la vestimenta típica, ya que los más jóvenes no la usan, pero sí se mantienen las celebraciones tradicionales de sus antepasados.


Autor: Redacción

Cultura Totonaca


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