Cultura Persa

Indómita, formidable e implacable, la cultura persa se extendió asombrosamente por su pericia militar, desde el norte de África hasta Asia Central.

De esta manera, regida por unas dinastías de extraordinarios gobernantes con una ambición sin límites, crearon un poderoso imperio en el territorio donde actualmente se ubican países como Irak, Irán, Siria, Palestina, Turquía y Egipto.

Breve reseña histórica de la cultura persa.

Cultura Persa
Cultura Persa. Foto por Openverse

Previamente, a unos cuatro mil años de la era cristiana, unas tribus nómadas empezaron a asentarse en una fértil meseta iraní.

Por un lado, los medos se ubicaron en el noreste, destacándose por la notable labor del rey Ciaxares, quien fundó la capital Ecbatana, sin embargo, sus sucesores no continuaron su obra. Por el otro, los persas se situaron al sur de la planicie, y aprovecharon el trampolín de sus vecinos para acentuar su superioridad.

No obstante, la creación del Imperio Persa, se le atribuye a la dinastía aqueménida, fundamentalmente al monarca Ciro II El Grande, quien venciendo a los medos, unificó a ambos pueblos.

De acuerdo a ello, a partir del siglo VI A.C., la cultura persa comenzó la conquista de los territorios adyacentes, formando uno de los imperios más extensos de la antigüedad.

Cultura Persa
Cultura Persa. Foto por Openverse

Bajo el gobierno de Ciro II El Grande, el reino se expandió aceleradamente conquistando algunos territorios del Asia Menor, como Sardes, Lidia y Babilonia, donde liberó a los judíos del cautiverio de Nabucodonosor II. Este hecho, convirtió al monarca en un gran humanista, que respetaba la importancia de cada región y cada creencia, pero con un gran poder.

Luego de su muerte, en el año 530 A.C., muchos aspirantes al trono se disputaban el poder, pero su primo lejano Darío I, se alzó para asumir el mando, quien se convertiría en el rey más legendario de la cultura persa.

Al respecto, Darío I no perdió tiempo, y continuó la construcción de solemnes ciudades como Susa o Persépolis, además, sus pretensiones por conquistar a Grecia, originaron las Guerras Médicas.

Aunque, la segunda Guerra Médica, en el año 479 A.C., fue favorable para los persas, significó el debilitamiento del imperio, el cual finalmente fue conquistado por Alejandro Magno.

Persépolis, la joya de la cultura persa.

Cultura Persa
Cultura Persa. Photo by McGill Library. Unsplash.

La más esplendorosa ciudad del Imperio Persa, no solo tenía la finalidad de servir como centro ceremonial, sino la de impresionar a los súbditos del rey Darío I, quienes acudían a rendirle pleitesía, de esta manera, los visitantes podían ver a lo lejos de la llanura, una plataforma que conseguía un impresionante efecto visual, nunca antes empleado.

Así, sobre la construcción rocosa de unos 15 metros de altura, se alzaba el pórtico de Apadana, revestido por varias columnas de 20 metros de alto, y rodeado de hermosos jardines, los cuales eran regados por un novedoso sistema de canales de agua procedentes de las montañas.

Igualmente, esta ciudad de la cultura persa, se extendía por la ladera suroeste de la región montañosa Küh-é Rahmat, conocida como Monte de la Misericordia, abarcando grandes dimensiones, e incluyendo monumentales edificaciones construidas en piedra gris oscura pulida, dando una sensación marmoleada, a su vez, incorporaban elementos arquitectónicos de otras civilizaciones, como mesopotámicos, griegos y egipcios.

Entre tanto, el resto de las capitales persas, como Susa, Ecbatana y Pasargada, se mantuvieron como sedes administrativas de la monarquía, hasta que fueron tomadas por las tropas de Alejandro Magno, aproximadamente en el año 329 A.C.

Cómo era la organización sociopolítica de los persas.

Cultura Persa
Cultura Persa. Photo by mzmatuszewski0. Pixabay.

Fundamentalmente, en la sociedad de la cultura persa existían dos clases sociales, una era la dominante, formada por los miembros más ricos de la comunidad, como los nobles, sacerdotes, guerreros y políticos, y la otra, la dominada, integrada por los trabajadores, campesinos, artesanos y esclavos.

Conforme a ello, el rey como máximo dirigente, era acompañado por sus familiares y la aristocracia, quienes ocupando la cúspide de la escala social, podían ostentar cargos públicos, tales como:

  • Sátrapas, se encargaban de gobernar las provincias del Imperio Persa y del cobro de los tributos para la monarquía.
  • Inspectores, al ser los ojos y los oídos del rey, su función consistía en vigilar la situación en las diferentes ciudades persas.

El siguiente rango era para las clases medias, como los comerciantes, artesanos o soldados, luego estaban los campesinos, que aunque eran considerados libres, sobre ellos recaía el sostén de las demás clases sociales, en este sentido, eran obligados a entregar casi todo lo que producían en las tierras como tributo y a colaborar en las construcciones de palacios y obras públicas.

En el último escalafón social de la cultura persa, se encontraban los esclavos y prisioneros, quienes no considerándose ciudadanos, se les asignaban los trabajos más fuertes.

Principales actividades económicas de la cultura persa.

Primordialmente, la economía de la cultura persa se basó en el cultivo de cereales y la agricultura en general, ayudada por la irrigación de las aguas provenientes de las montañas.

Por otra parte, la extracción de minerales como el cobre, la plata y el hierro, así como, el pastoreo del ganado, la pesca, la artesanía textil y la orfebrería.

No obstante, la ubicación geográfica del Imperio Persa, en la ruta obligada de las grandes caravanas comerciales entre China y la India, favoreció enormemente el desarrollo del comercio, convirtiéndose en la columna vertebral del sistema económico, e impulsando sobre todo a la industria de los textiles de lujo como las alfombras o los tapetes.

Conjuntamente, con la construcción de una importante red de caminos, y la acuñación de una moneda de 8,4 gramos de oro, llamada Darico, en honor a su creador el rey Darío I, se logró estimular mucho más la actividad comercial con otras civilizaciones.

Cuáles son las creencias religiosas de la cultura persa.

Todo lo referente a la cosmovisión de la cultura persa, estaba condicionada por el poder del estado y sus necesidades ideológicas, de esta forma, presenta una gran coincidencia con el Zoroastrismo, es decir, un dogma que venera a dos entidades, tales como: Ormuz, la manifestación del bien, y Ahriman, la representación del mal.

Con referencia a lo anterior, los principios religiosos de Persia proceden de la filosofía del profeta Zarathustra, quién creo la corriente dogmática conocida como Daena Vanguji o mazdeísmo, durante el siglo VI A.C., precisamente en Asia Central.

Efectivamente, los ideales del profeta Zarathustra, están recopilados en el libro sagrado de los persas, el Avesta, en el cual se destacan las siguientes tres enseñanzas:

  • Existencia de un solo dios creador, tanto del mundo espiritual, como del ámbito material.
  • Presencia de dos espíritus, uno que representa al bien y el otro al mal.
  • Juicio final, donde cada persona es calificada de acuerdo al modo en el que haya vivido, seguido de la vida después de la muerte.

Dadas estas consideraciones, y de acuerdo a las evidencias históricas, en el Imperio Persa se reconocía la existencia de varios dioses, pero uno sólo de ellos, era lo suficientemente digno para ser adorado, en este caso, se trataba del dios Ahura Mazda o el Sabio Señor, quien era considerado el verdadero monarca.

Así, el rey pasaba a ser solamente un instrumento de dios, puesto en sus funciones para que cumpliera su voluntad sobre la tierra.

Otras divinidades de la cultura persa fueron los Visai Baga o una entidad colectiva que representaba a varios dioses, Zurvan o deidad del tiempo, Havarira o el sol naciente, Naryasanga o mensajero de los dioses, Mizdushish o diosa del destino, y Brtakamya o el que cumple los deseos.

Las manifestaciones artísticas de la cultura persa.

Si hubo algo que caracterizó a la cultura persa, fue que adoptaron muchos conocimientos de otras civilizaciones, los mejoraron, y luego, los plasmaron como propios.

En consecuencia, las manifestaciones artísticas pérsicas estuvieron plagadas de muchas influencias egipcias, y principalmente mesopotámicas, como podemos observar a continuación:

Arquitectura.

Cultura persa
Cultura persa. Photo by mostafa_meraji. Pixabay

El Imperio Persa se destacó por levantar hermosos palacios sobre altas plataformas, tumbas reales decoradas con relieves, pirámides, capiteles formados por troncos de toros, o columnas cilíndricas decoradas con hojas de capitel y cabezas de toro, sin embargo, no aportaron grandes novedades, ya que su arquitectura estaba orientada hacia el arte imperial, siguiendo el modelo de Mesopotamia.

También, las construcciones de la cultura persa se vieron influenciadas por la griega, más que nada, en el uso de la abundante geometría como círculos o cuadrados, en los diseños de las plantas de patios o salones. Pero si hay algo que destacar, son las asombrosas obras de ingeniería como la construcción de puentes y canales en medio del árido desierto.

Escultura.

Empleando como material la piedra y la arcilla, en el Imperio Persa se esculpieron bajos relieves en donde se representaban a guerreros con lanzas, arcos y flechas, figuras de toros alados antropomorfos o esfinges.

Asimismo, destacaron los frisos de ladrillos esmaltados con colores vivos, como el rojo o el naranja, formando franjas verticales, muy similares a los relieves egipcios, sumerios, acadios, asirios y babilónicos.

Ciencias.

La cultura Persa resguardó todos los conocimientos de Babilonia relacionados con las matemáticas, la astronomía, la medicina, y la división del tiempo, e inclusive, fueron los primeros en usar armas químicas en sus enfrentamientos contra los romanos.

Finalmente, el Imperio Persa convirtiéndose en el centro comercial del antiguo mundo, con su apertura hacia occidente, cambió primero las estructuras de Grecia, y más tarde las de Roma.


Autor: Redacción

Cultura Persa


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