A modo de describir su valoración del mundo, comunicar ideas o plasmar los registros de los estudios astronómicos, la escritura mesoamericana tuvo como objetivo principal conservar estos conocimientos, con la esperanza de que traspasaran a futuras generaciones.
Cuáles fueron las características de la escritura mesoamericana.
El sistema de escritura mesoamericana, para preservar en el tiempo la memoria de sus gobernantes, dioses, ciclos del tiempo y hechos históricos resaltantes, se realizaba en materiales como piedras talladas, telas, maderas, huesos y cerámicas. Así como también, con la elaboración de los códices en piel de venado, fibras de maguey o el papel de la corteza del amate, los cuales dejaron inscritas muchas revelaciones.
De esta manera, con los pictogramas representaban seres humanos, animales y plantas de su entorno, con los glifos ideográficos expresaban ideas, fechas o historias y con los glifos fonéticos, describían expresiones o elementos silábicos.
Cómo se desarrolló la escritura mesoamericana.
Aunque no se conoce con exactitud el inicio de la escritura mesoamericana, las diversas inscripciones calendáricas registran fechas anteriores al nacimiento de Jesucristo. Justamente, las representaciones iconográficas realizadas por los olmecas en las piezas de alfarería, en las esculturas monumentales encontradas en La Venta o el yacimiento de San Andrés, y más específicamente, el Bloque de Cascajal, con sus 62 caracteres grabados, representan los testimonios escritos más antiguos de esta región.
Otro de los pueblos que desarrollo la grafía de la cultura mesoamericana, fueron los zapotecos, quienes ejecutaron glifos, de una manera menos fonética, en inmensas estelas como la del Danzante de San José Mogote. Por otra parte, la cultura izapa dejó testimonios de un complejo sistema de escritura en las diversas estelas encontradas, tanto en México como en Guatemala.
Pero evidentemente, los mayas lograron desarrollar el mejor y más completo sistema escrito de la región, basado en la combinación de logogramas y signos fonéticos, que incluyeron en textos completos como el Popol Vuh, u otros encontrados en sitios como Palenque (México), Copán (Honduras) y Tikal (Guatemala).
Años más tarde, los mixtecos desplegaron un método que se componía en un conjunto de signos y representaciones figurativas, que podían ser leídos en forma de zigzag, algo que dio pasó a la escritura azteca, que generalmente empleó el papel amate para elaborar sus amoxtlis o códices mexicas.
Al final de cuentas, se puede decir que la escritura mesoamericana logró su cometido, y a pesar de las pérdidas históricas, hoy en día se conoce con mayor profundidad el pensamiento de las civilizaciones que surgieron adorando al sol, la luna, la lluvia y las estrellas.
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