Básicamente la organización social de los aymaras se fundamenta en un conjunto de unidades familiares extensas, llamadas ayllu.
Cómo se origina la organización social de los aymaras.
La organización social de los aymaras parte del concepto del jaqi, que constituye todo hombre o mujer, que mediante el matrimonio o jaqichasiña forman un núcleo inicial, del cual se generan una serie de responsabilidades con la comunidad, implicando en este sentido, una interrelación equilibrada con la naturaleza, los dioses y la familia.
Sin embargo, para llegar a ello, tanto el hombre como la mujer, deben pasar por un período de preparación y aprendizaje que se inicia en los hogares desde la infancia. Así, en un principio observando a sus padres, aprenden a cuidar animales pequeños. Durante la adolescencia, el varón comienza un entrenamiento en actividades agrícolas y textiles, mientras que la hembra aprende a hilar la rueca, tejer, cocinar y al pastoreo.
Cuando ambos llegan a ser jóvenes adultos, ya poseen el conocimiento de la vida en el campo, por ejemplo, el hombre maneja muy bien las técnicas agrícolas y comerciales, en cambio, la mujer ha logrado perfeccionar el hilado para confeccionar todo tipo de tejidos.
De esta manera, la comunidad considera que ya están preparados para el matrimonio, y por ende, pueden formar un núcleo que beneficie a la sociedad aymara.
Cómo es la organización social de los aymaras.
En la cultura aymara existen diferentes etnias, que son distinguibles tanto lingüísticamente como socialmente, pero de manera generalizada el modelo de organización social está determinado por la marka, es decir, el territorio donde se desenvuelve cada etnia.
Al respecto, en la organización social de los aymaras existió una clara división entre el sector agrícola y pastoril, e igualmente, estuvo signada por una desigualdad social dominada por los sacerdotes, guerreros y comerciantes sobre la clase trabajadora. Sin embargo, en la actualidad esto ha cambiado, ya que se estima que un 80% de los aymaras viven en las principales ciudades desempeñando labores informales.
Otro aspecto importante de la estructura social de los aymaras que habitan en los campos, es que solo los matrimonios pueden acceder a cargos de poder y prestigio, pero esta jerarquía masculino-femenina tiene otra cara, ya que está asociada más bien a la fuerza bruta del trabajo del hombre, mientras, que la mujer está relacionada con la fuerza sutil del conocimiento y es siempre vista como la acompañante que legitima esta paridad.
Al fin y al cabo, la organización social de los aymaras forma parte del engranaje esencial de la convivencia equilibrada entre el hombre y la naturaleza.
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